martes, 17 de mayo de 2016

La creatividad y los niños

Todos los niños son grandísimos creadores natos. Imaginan mil historias con una simple caja de cartón, dibujan y pintan preciosos lienzos llenos de color, inventan canciones, sueñan cada día con mágicos mundos, descubren tesoros y crean auténticas obras de teatro…



Esta creatividad innata les hace libres, soñadores y les deja expresar sus emociones. Les permite crear soluciones maravillosas, pensar que las cosas pueden ser de otra manera y que pueden cambiar el mundo. ¿No sería maravilloso poder gozar de estas cualidades al hacernos mayores?




Desde que soy madre siento como esa creatividad, que algún día había tenido y que me hace tan feliz, vuelve a mi en cierto modo, con el simple hecho de estar a su lado y contagiarme de su energía. Y me pregunto, ¿cómo puedo protegerla o cuidarla para que permanezca en mis hijos para siempre?



Como dice Ken Robinson “todos los niños nacen artistas, el único problema es continuarlo siendo a medida que nos hacemos mayores”.

Según el diccionario Creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas que llevan a conclusiones nuevas, resuelven problemas y producen soluciones originales y valiosas, es la habilidad de hallar caminos originales y la voluntad de transformar el entorno.




Vivimos en un mundo en constante cambio donde absolutamente nadie, ni los más grandes futuristas, pueden predecir cómo serán las cosas dentro de 5 años. Lo único que tengo claro es que nuestro mundo necesita a personas creativas y sensibles para cambiarlo y hacerlo mejor.



Dejándome llevar por esta curiosidad contacté con Eva de las Heras, la protagonista de nuestra historia. Eva es madre y maestra de arte. Desde que la conocí a través de Instagram me emocionó su manera de tratar el arte y la creatividad con sus alumnos, niños discapacitados que requieren una educación especial.



Invitamos a Eva a realizar una sesión de arte en plena naturaleza para que nos mostrara como trabaja la creatividad con los más pequeños. Elegimos un entorno natural como escenario, porque es en la Naturaleza el lugar donde más podemos aprender. Antes de empezar los niños merendaron y jugaron libremente en el bosque, imaginando historias y dejándose asombrar por lo más simple.



Eva eligió pigmentos naturales de preciosas e intensas tonalidades, y un gran lienzo en blanco entre dos árboles. Cuando llegó el momento reunió a los pequeños creando un ambiente tranquilo y a la vez emocionante con su dulce voz. Les facilitó los bellos materiales y les explicó cómo debían cuidarlos. Les mostró cómo podían convertir los pigmentos naturales en pintura y les animó a dejar volar su imaginación para hacer un mural conjuntamente.




Y ellos, fascinados por las palabras y el aprendizaje de Eva, experimentaron mezclando los pigmentos con agua y empezaron a pintar y pintar, entusiasmados, felices, cada uno con su estilo, respetándose los unos a los otros, jugando con la pintura y sintiéndose libres.




Constaté que el arte es un medio de expresión de emociones, una manera de comunicarnos con el mundo que nos rodea. Observé la importancia de dejar al niño crear en libertad, sin decirle en cada momento qué es lo que tiene que hacer, pudiendo así desarrollar su imaginación y autonomía. Me di cuenta de la importancia de cómo preparar y ofrecer los materiales y herramientas para conseguir que la Belleza fluya naturalmente.




Pero esto no es todo, pues con Eva descubrí la parte más esencial de todas: la importancia de establecer un Vínculo afectivo con el niño. Y esto lo constaté aún más al cabo de unos días cuando ella me invitó a participar en una de sus clases de arte con niños que requieren una educación especial. Eva es pura sensibilidad y corazón, los niños lo perciben profundamente y se abren en cuerpo y alma a crear, sustentados por su confianza.




Aunque la creatividad es innata en los pequeños, el rol de los adultos es absolutamente clave y esencial para su buen desarrollo, tanto para facilitar las herramientas que el niño pueda necesitar, como sobretodo para crear un vínculo con él. Un vínculo basado en la confianza y cariño mutuo, que sea fuerte pero con espacio para respirar. Un vínculo amoroso para poder conocer las necesidades del niño en una sola mirada y poder poner los límites necesarios.




Los niños no son cajitas vacías que nosotros, los adultos, debemos llenar de información para que crezcan. Los niños son auténticas semillas creativas que debemos acompañar en su crecimiento y dejar que florezcan.




Creo de corazón que cultivar y respetar esta creatividad innata en los niños es esencial para su desarrollo personal y les ayudará profundamente en la descubierta de su don más único, haciéndoles seres más felices y auténticos.




Si queremos cambiar al mundo, escuchemos y respetemos profundamente a los niños, estaremos por supuesto cambiando la evolución de la Humanidad.




Gracias de todo corazón a Eva por inspirarnos enormemente. El dia 19 de junio tendremos a Eva de las Heras en nuestra masía para hablarnos de creatvidad en un precioso Taller, pronto os lo cuento!!!



Este reportage forma parte del proyecto “Big Little Forest” creado por La Garriga de Castelladral & Swingyourpics. Fotografías by Swingyourpics.

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