martes, 26 de marzo de 2013

Silencio / Silence

Hoy queremos compartir con vosotros un precioso artículo de nuestra colaboradora Míriam Tirado. Ella es madre, periodista y escritora. Es co-autora del libro Vínculos y escribe en su fantástico blog A FLOR DE PELL sobre maternidad, paternidad y crianza. Gozad de este precioso escrito con mucha calma y mucho silencio...

El silencio claramente cotiza a la baja, en todos los sentidos. Las ciudades son terriblemente ruidosas. No hay tienda, restaurante, vagón de tren, centro comercial, etc, donde no se oiga música constante. A veces músicas terribles y altísimas. En muchas casas, la televisión está permanentemente encendida, aunque a veces nadie la mire. Hay ruido, mucho ruido en general en todas partes. Ruido externo pero también... ruido interno.



Nos cuesta parar. Tener pocos pensamientos a la vez. Pensamos, pensamos y pensamos casi sin parar, a veces al mismo ritmo que la música estridente que suena en muchas tiendas de ropa. Y esto, todo este ruido contrasta, y mucho, con la necesidad de los bebés cuando salen del vientre materno. "Haz vida normal, que se tiene que acostumbrar al ruido", dicen muchas personas cuando entran en una casa con un bebé recién nacido. Y yo me pregunto si la "vida normal" es la vida que tenemos llena de ruido a todas horas... ¿Es normal? ¿De verdad? ¿Debería serlo?


Quizá podríamos aprovechar la llegada de nuestros hijos, tanto cuando son bebés como cuando van creciendo (que, por cierto, también necesitan silencio), para alejarnos, aunque sea un poco, de tanto ruido. Es, yo creo, una muy buena oportunidad para buscar el silencio. Sí, silencio relativo, si se quiere, pero más silencio del que teníamos quizás hasta ahora. Silencio en casa: pongamos música flojita, tranquila, si es que tenemos ganas de escucharla. No gritemos ni hablemos demasiado alto. Bajemos el volumen de la televisión, si es que la queremos ver. No es necesario que tengamos una visita de 20 personas en casa porque habrá demasiado ruido, sin duda... Silencio cuando salimos: intentemos evitar los lugares estridentes, las tiendas agobiantes, los centros comerciales insoportables con un bebé (¡y sin!)... Y busquemos también el silencio interno, el que hay dentro de nosotros. Quizás ni lo recordamos, ¡de tanto ruido al que nos hemos acostumbrado! Lo encontraremos, si le damos espacio, si dejamos que vaya creciendo, si le permitimos "ser"...


Para mí es una manera de respetarlos (a nuestros hijos) y también de respetarnos a nosotros. Tengo la suerte de vivir en un lugar silencioso y no sabéis cuánto lo valoro. Cuando estoy en Barcelona y tengo que gritar para que, caminando por la calle, mi interlocutor me oiga, no puedo entenderlo. No puedo entender cómo podemos tolerar tanto ruido en todo momento! Me agobia. Y necesito entrar en el coche y volver a casa sin radio, sin música, sin nada. ¡Necesito silencio!



A veces el silencio asusta, e intentamos llenar todos los espacios en blanco. "¿Qué haces?" "¿Dónde estás?" "¿Cómo ha ido la escuela?" "¿A qué juegas?"... y preguntamos, y hablamos sin parar a nuestros hijos. Es importante hablar con ellos, claro que sí, pero ¡tampoco hay que hacerlo siempre! Démosles su espacio también de silencio. Permitamos que no hablen, si no les apetece. Dejemos que se entretengan con lo que piensan, con lo que ven, con lo que viven... aunque no tengan necesidad de hablar. Respetemos su silencio. A veces los padres y las madres les agobiamos. Les hacemos tantas preguntas, ponemos tantas palabras, tanto ruido, de alguna manera, que los acabamos agobiando! Y entonces todavía se cierran más y si tenían un poco de ganas de hablar, se les van de repente.


A mí me gusta mucho hablar (supongo que ya lo habéis notado), pero también me gusta mucho el silencio, mi silencio. Lo valoro, lo necesito. Y veo que para mi hija el silencio también es importante. Para ella y para los bebés y niños que tengo a mi alrededor. Cuando hay demasiado ruido, se inquietan, no están bien. Se excitan, se asustan, se atolondran. Ellos, que tienen el oído tan nuevo, tan fino, tan sensible... tienen que soportar casi siempre demasiado ruido. Evidentemente que no podemos tenerlos dentro de una vitrina, ni hace ninguna falta, pero sí es importante (creo), procurar espacios de silencio. Externo e interno. Nuestro y de nuestros hijos. Porque si no tenemos silencio no nos podemos conectar. Y si no nos conectamos a nosotros mismos, no nos conocemos. Y si no nos conocemos, no sabemos qué queremos. Y si no sabemos qué queremos, ni quién somos, sufrimos y nos perdemos y nos es casi imposible ser felices.


Míriam Tirado ha realizado también el espacio sobre gestación, parto y crianza "Tenir Fills" en el programa "el Matí de Catalunya Ràdio" de verano. Además realiza charlas y conferencias relacionadas con la maternidad y la crianza.

Gracias Míriam por estas inspiradoras palabras!

Fotografías: realizadas en La Garriga de Castelladral


Enjoy the Slow Life

lunes, 18 de marzo de 2013

Los beneficios de las plantas aromáticas según nuestra familia

Hoy queremos hablaros de las plantas aromáticas más comunes en nuestra zona y que rodean La Garriga de Castelladral: el tomillo, el romero, la manzanilla y la María Luisa.


Estas plantas tienen increíbles beneficios para nuestra salud. Desde hace muchos años se utilizan en nuestra cultura y hoy os hablaremos de cómo las utilizamos en nuestra familia.

Nuestra abuela María nos cuenta cómo ha utilizado estas maravillosas plantas desde que era niña, en su día a día... un pequeño tesoro que hoy compartimos con vosotros.


1. El Tomillo: alarga la vida


La abuela María siempre nos dice "si vols envellir, beu aigua de romaní" ("si quieres vivir muchos años, bebe agua de tomillo"), tal y como le decía su madre. Es decir que según ella si queremos alargar nuestra vida debemos tomar infusiones de tomillo.


2.  El Romero: repara y desinfecta


Según nuestra abuela el romero es una gran infusión para desinfectar heridas, en especial de animales (hervir mucho rato la planta con agua para concentrar la infusión y aplicar con gasas).


Con el romero podemos hacer una rústica sopa muy simple, digestiva y saludable, que es la cena habitual de nuestra abuela desde hace muchos años: la Sopa de romero.

Ingredientes
agua
romero
ajo
pan tostado
aceite y sal


Poner agua a hervir con el romero. Tostar el pan y frotar el ajo por encima. Cuando el agua hierba, tirar el pan y tapar. Dejar hervir 10 minutos. Triturar. Añadir sal y aceite al gusto.


3. La Manzanilla: levanta los ánimos


La manzanilla es una planta muy buena para desinfectar los ojos (hervir con agua y aplicar con gasas) y para ayudar a la digestión. A parte de estos conocidos beneficios según nuestra abuela la manzanilla es ideal para cuando no nos encontramos del todo bien y tenemos los ánimos flojos. Una buena infusión para tomar a diario y perfecta para combinar con miel.


4. La María Luisa: digestiva


La María Luisa es una infusión muy digestiva, un regalo de la naturaleza para cuando tenemos dolor de barriga, nos sentimos muy llenos después de una gran comida, si estamos mareados... una infusión que no puede faltar en casa. Su sabor es exquisito y suave, sobretodo combinado con miel natural.


¿Cómo preparamos las infusiones de plantas aromáticas?

Es muy fácil encontrar estas plantas en el bosque, la naturaleza nos las regala en abundancia. Una vez las tenemos en casa nos pueden durar muchísimo tiempo, si las mantenemos en un lugar seco.

Para prepararlas es muy sencillo: hervir agua, añadir la planta y tapar. Esperamos a que vuelva a hervir el agua y paramos el fuego. Colar y servir.

Y lo más importante: beberlas con tranquilidad, saboreando su sabor, oliendo sus grandes aromas del bosque y gozando del momento presente ;)


Os deseamos una feliz semana!

Enjoy the slow food 
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